“Quien gestione una empresa basándose solo en cifras visibles, con el tiempo no tendrá ni empresa que gestionar ni cifras”
W. Edwards Deming (1900-1993)
Físico-Estadístico, Consultor
y gurú de la calidad
Llega el momento de dejarnos llevar por la inercia del final de la temporada y debemos comenzar a planificar la siguiente.
¡Qué lujo!, parecemos el equipo de Fernando Alonso.
Bueno, en nuestro caso es más sencillo y tiene explicación, ya que si te encuentras en una empresa con un periodo de maduración de producto de 50 días y eso es exactamente lo que queda de año, si las matemáticas no fallan, otra cosa no será más clara que lo que vendas a partir de ahora será parte de la cifra de negocios del 2015; con total seguridad.
Por lo mismo, me toca preparar el equipo de la próxima temporada, en parte porque hay que adelantarse por lo que pueda venir, en parte porque para rematar el año están otras funciones en la empresa que se encargan y muy bien, dicho sea de paso, de gestionar las actividades operativas diarias.
Lo que no sabremos hasta rematar el ejercicio será como ha sido el resultado exacto, pero por los cierres parciales que nos han ido adelantando los "controllers" y el volumen de negocio vendido durante el año actual podemos decir que se mejorarán los anteriores de forma segura.
Aun así, siempre existen los conformistas, los inconformistas y los que ni sienten ni padecen, por lo que según sea el estilo de la persona que toque para decidir lo que se espera del negocio así serán las actuaciones o el camino a emprender en los próximos tiempos.
Precisamente, hoy, durante la hora en la que mi hija realiza natación todos los Sábados a la mañana, me he sentado al lado de un padre de un compañero de Carmen, que se llama Julián y preocupado me ha comentado que es muy posible que pierda el trabajo al final de este año.
La verdad, no me ha sorprendido en nada, ya que la empresa en la que trabaja lleva tres años consecutivos engullida en el ciclo recortes - destrucción de valor - reducción de ventas.
Y por lo que me contó la última vez, estaban en la fase de reducción de ventas por lo que una vez conocido el ciclo era muy sencillo pronosticar que le tocaba "recortes".
Y es que la película, aunque ya es antigua y siempre tiene el mismo final, se repite.
Veamos, le dije, a ver si te suena:
Veamos, le dije, a ver si te suena:
"Al principio, la empresa está recibiendo el impacto de la globalización y se ve sometida a una baja rentabilidad o lo que es peor, muestra pérdidas al final en su cuenta de resultados.
Entonces, comienza a estudiar una serie de datos y descubre que está perdiendo participación en el mercado y pregunta a las personas que en un principio deberían conocer los motivos. Normalmente se le echa la culpa a los precios y por ende, cómo la rentabilidad no es desproporcionada (en caso de que exista) se concluye que el problema está motivado por los altos costos.
Volviendo a mirar a la famosa cuenta de PyG, se concluye que no hay capacidad de maniobra, pero tenemos que seguir compitiendo en el mercado, ¿verdad?
Bajemos los precios, no tenemos otra.
Pero pasando un tiempo, no vendemos más, pero sí que lo que llega lo hace con un margen achicado por nuestra decisión anterior.
Además, ahora empezamos a notar una angustiosa falta de liquidez y no nos queda otra que recurrir invariablemente a la reducción de costos. Ya está aquí, la fase recortes...
Una reducción de costos aplicada generalmente sin proyección estratégica, carente de método y sistema, que muchas veces no produce los resultados esperados en el corto plazo, y nunca logra objetivos ni en el mediano ni en el largo plazo."
Eso es, eso nos está pasando, me ha comentado Julián, preguntándome si conocía a alguien más de su empresa y me habían contado lo que les ocurría. Nada más lejos de la realidad, le he dicho, el tema es que es algo que se repite en pymes del mundo en la situación actual todos los días, y aunque la mayoría de las veces acaba en entierro la naturaleza humana provoca esta autodestrucción debido a que no estamos muy preparados para un pensamiento sistémico.
Pero, si bajan los costes, mis jefes ganarán más, ¿no? Me cuestionó nuevamente mi doliente compañero.
Pues no, le contesté de inmediato, e intento explicarte el motivo. La ecuación no es tan sencilla y entran muchos factores en juego, como por ejemplo, en el deseo de eliminar excesos, se eliminan no sólo la materia grasa, sino que se destruye también músculos y nervios de la organización. Con el objetivo de mostrar mejores resultados en el corto plazo se eliminan los planes de formación, con lo cual lo que no se gasta en capacitación se termina pagando con costos más elevados de producto, menores niveles de productividad y grandes defectos de calidad. Por otro lado las utilidades actuales se comen el futuro de la empresa al disminuir los niveles de respuesta y competitividad de un personal que no se adecua a las necesidades del mercado y al avance de la tecnología. Dirigir una empresa con conceptos tayloreanos ya entrados en el siglo XXI o tener personal con escasa o nula polivalencia impide todo tipo de capacidad de competir.
Y lo que es peor, la dirige a la MUERTE.
Ni que decir tienen que me hubiera gustado charlar más tiempo con este señor, pero tocaba bajar a vestuarios a darle el champú y la ropa de cambio a Carmen que ya se había pasado el tiempo de la clase de natación, la verdad que volando y la mañana debía seguir su curso. De todas formas, continuará...
Para muestra, un botón y me permito sugeriros que dediquéis 7 minutos a ver el siguiente vídeo que evidencia todo lo escrito y si no cae en saco roto podréis usarlo como ejemplo varias veces al día desde el momento que lo veáis.
Nota: tema complejo donde los haya, sobre todo debido a que aún estando equivocados dejan a mucha gente en la calle y además no solucionan el problema. Bueno, esperemos que poco a poco esto no ocurra y todo tenga algo de más lógica.
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