LET'S GO ABROAD (SI NO QUEDA OTRA)

"Me gustaría emplear toda mi vida en viajar, si alguien me pudiera prestar una segunda vida para pasarla en casa"

William Hazlitt (1778-1830) Literato inglés

Esta semana ha sido la primera del año, y gracias al lunes (el día de mi cumple) que es festivo por estas tierras, ha tenido cuatro días laborales. Bueno, la verdad es que después de las merecidas vacaciones no viene mal una incorporación "in crescendo" al laboro para no dañar con algún tirón inmerecido el organismo, ¿no os parece?

Como el guión lo requiere, por otro lado, este mes toca rematar el control de indicadores del "cuadro de mando integral" y una vez concluida esta tarea estaremos preparados para el contraste con los objetivos marcados y poner en evidencia las desviaciones. Sólo de esta forma podremos ajustar los nuevos retos y ponernos manos a la obra para afrontar este nuevo, duro y difícil año que tenemos por delante.

Pero hay un tema que me corroe desde hace ya algún tiempo (varios años, quizás), y es para mí de tal importancia que no me gustaría dejar caer en saco roto. Y es que el tema de los jóvenes me preocupa, sí, y mucho. Para mí, son nuestra única salvación, pero al dejarlos sin presente, estamos hipotecando nuestro futuro.

Durante varias reuniones con familia y amigos, y esta semana en el trabajo y en la academia, por unos motivos o por otros, ha salido el tema de la situación de falta de trabajo actual para la generación "Y".

Y al final, por más parámetros que introduzco en la ecuación, cuando el "math" se pone a calcular el resultado, nunca sale un número real, sino una palabra que suena a única salida, aunque siempre dolorosa:

 la palabra "ABROAD".

Y es que sí que es verdad que podemos hacer  una lista de puntos positivos derivados de la búsqueda de empleo y vida fuera de nuestras fronteras:

Conocimiento de personas, culturas, costumbres, aprendizaje de otros idiomas, adquisición de conocimientos, etc...

Pero como siempre, por desgracia, tenemos la cara "b" de este tópico, la cual nos trae distanciamiento de nuestra familias, alejamiento de los amigos de toda la vida, cambio de comidas, horarios, trabajos iniciales diríamos básicos, incluso grandes posibilidades de iniciar un camino de no retorno.

Por lo tanto, como conclusión, yo diría que si no hay otra salida, sí, los jóvenes tienen que emprender un camino hacia otras tierras, cargados de ilusión, incertidumbre, miedos... pero no sin la esperanza de que podrán ser útiles en un corto plazo, que tienen un hueco en este mundo, que su formación se verá enriquecida con una experiencia única y que gracias a ella su capacitación para liderarnos en un futuro será excelente.

Mi mensaje final es en mayúsculas es el siguiente:

 ¡¡¡JÓVENES, OS NECESITAMOS!!!

Y por ello, aunque en estos momentos no quede otra, sería indispensable que la estructura, el sistema o cómo quiera que se llame creara un dispositivo de ayudas que permitiera en su momento un retorno del capital humano que va a salir sin más remedio de nuestra tierra.

Mi sensación es que hemos invertido en nuestros jóvenes desde que nacieron; por un lado sus padres, por otro el estado, en definitiva toda la sociedad ha colaborado en esta cuestión y ahora que esa inversión puede comenzar su retorno, vamos y la tiramos por la borda por que no somos capaces de encontrar un mecanismo que articule su introducción en el mercado laboral, oxigenándolo y mejorándonos a todos los actores presentes en el mismo que queramos o no, somos en parte responsables del mundo que tenemos y que incluso a veces nos merecemos.

Para muestra, un botón y me permito sugeriros que dediquéis 3 minutos a ver el siguiente vídeo que evidencia todo lo escrito y si no cae en saco roto podréis usarlo como ejemplo varias veces al día desde el momento que lo veáis.

El vídeo de la semana: MENSAJE ESPECIAL

Nota: por nosotros, por ellos, esperemos que no tengan que salir muchos y sobre todo, si es posible, que vuelvan para ayudarnos a construir un mundo cercano mejor.