"Si tenéis un minuto, intentad resumir vuestra pasado, brevemente, y sentiros orgullosos.


Después, enfrentando el maldito folio en blanco, dibujad vuestro futuro, con pasión, con ganas de hacedlo mejor.


Será vuestro mundo, vuestro camino..."

miércoles, 24 de diciembre de 2025

CUENTO DE NAVIDAD 2025

"Vivir no es sólo existir, sino existir y crear,

saber gozar y sufrir y no dormir sin soñar.

Descansar, es empezar a morir"


Gregorio Marañón (1887-1960) 

Médico y escritor español.



Había quedado con todos para leer su mensaje, tal como él les había comentado a través del personal del hospital.

Ella volvió en coche a casa con sus hijos, ya sin lágrimas en los ojos, enrojecidos, pero aceptando que ahora tocaba pasar página, vivir por y para los que quedaban a su lado, y sacar adelante a su familia con las cartas que le habían tocado jugar su partida de vida.

Todo había ocurrido hace una semana, justo siete días antes de Navidad. No habían llegado a tiempo. Un infarto se lo había arrebatado de manera fulminante, pero les había dejado una carta en un sobre que quería que leyeran todos juntos: ella, sus hijos, sus dos mejores amigos y sus padres.

Abrió el sobre y suspiró profundo empezando a leer de su puño y letra (reconociendo esa escritura tan poco cuidada y difícil de entender):

"Sé que no vais a llegar antes de mi partida. Por lo que he oído en la ambulancia, no creo que pase de esta noche, así que he decidido escribiros mi último cuento de Navidad (quién me iba a decir a mí que partiría con tanto adelanto).

En primer lugar, lamento no haber tenido la valentía de haber vivido mi propia vida tal y como la soñaba, sino estar preocupado siempre de qué pensarán los demás. No perseguí mis sueños con la fuerza que se requería. Y mi mensaje a mis dos hijos, a quienes tanto he querido, es que dejen de mirar hacia afuera y comiencen a dirigir su vida hacia lo que para ellos sea realmente lo que quieren conseguir, sin tener en cuenta lo que digan o piensen los demás.

No hay remedio, pero me arrepiento de tantas largas jornadas, de muchos viajes lejos de donde estábais vosotros y de esos importantes eventos perdidos. Recitales, bailes, paseos, desayunos, meriendas, juegos. En definitiva, mientras trabajaba me perdí cómo   crecíais, cómo aprendiáis,  cómo forjabáis vuestra personalidad y luchabáis con vuestra adolescencia mientras os despojabáis de la capa de la niñez y os ibáis convirtiendo en adultos. Y cómo mis ansias de "triunfar" (según mi erróneo pensamiento) no me dejaron disfrutar más de la compañía de mi mujer, ayudándola con todo, siendo un verdadero socio, codo con codo, y no un desconocido a distancia que volvía a casa cansado, malhumorado y sin energía para absorber con amor la verdadera esencia de la vida.

Me reviso rápido desde niño y me veo reprimiendo siempre mis sentimientos para mantener la paz con los demás. Conformista a veces, cierto, y otras sin ser realmente como quería ser. Me recuerdo algo deprimido, incluso con una ansiedad crónica que me acompañaba como un ruido sordo, cansino, siempre a mi lado, tirando de mi energía y preparando mi final. Me vuelvo a arrepentir, ahora que estoy en modo despedida, de no haberlo intentado, diferente, atrevido, firme, pero al menos según el camino que mis sentimientos me marcaban.

Me gustaría llegar y despedirme de muchos amigos que están todavía cerca, y de otros que se han quedado en el camino. Ahora es tarde, por lo que al menos vosotros dos podréis ser testigos y portavoces de los amigos que nunca deberíamos haber dejado de compartir, salir, disfrutar y conocer mientras la vida nos cambiaba, o por qué no, erosionaba. No derrochéis tiempo en redes, pantallas y series, y sí en salir, ayudar, saber de los vuestros y reuniros cuanto más, mejor. Perderos el capítulo no será motivo de arrepentimiento; ese café que negaste, sí.

Ahora, sin fuerzas, sin tiempo, me doy cuenta de que la felicidad no es un estado sino una elección. Y yo no he cumplido, pero quiero que mis últimas palabras resuenen en vosotros para que no os quedéis atrapados en hábitos o viejos patrones que nos encorsetan en una vida que no es la nuestra. Vivid sin miedo, no finjáis delante de los demás, y sed fieles a vosotros mismos. 

Sé que solo ha pasado una semana. Pero debéis recordar que hoy es Navidad, que significa Nacimiento, y conmemora que Dios ha nacido entre nosotros. Pensad que mi muerte y mis arrepentimientos son el nacimiento de vuestra vida, vuestra nueva vida, y marcad este día como el inicio de una nueva forma de vivir, de compartir y de virar vuestro rumbo hacia lo que de verdad importa.

Os dejo unas notas para que las llevéis con vosotros. Y por favor, celebrad juntos en la comida de Navidad en mi memoria todo lo que habéis vivido, pero sobre todo lo que os queda por vivir."


Había dejado siete tarjetas con algunos consejos. En silencio, sin leerlas, la viuda las repartió y se despidió cogida del brazo de sus dos hijos. Había sido una semana dura para ellos, para todos, pero estaba segura de que algo nuevo había insuflado esta carta en sus corazones que cambiaría el futuro para siempre, y sabía que para bien.


2 comentarios:

  1. Aveces las trabas mentales son mas fuertes que las materiales, miedos, inseguridades etc. Pero tiene que ocurrir algo en tu vida que te hace derribar esas trabas y cuando haces el cambio, ves que no eran trabas sino escusas .

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  2. Que bien escribes, Edu, buena reflexión como todos los años, siempre estás aquí por Navidad

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