"Paréceme, Sancho, que no hay refrán que no sea verdadero,
porque todos son sentencias sacadas de la mesma experiencia,
madre de las ciencias todas"
Miguel de Cervantes (1547-1616)
Escritor español
Jesús lo tenía claro. El proyecto era enorme, pero como siempre había hecho en todas sus etapas anteriores sabía que el éxito pasaba por definir muy bien el proyecto, elegir los mejores accionistas/partners, un buen equipo inicial, definir la estrategia e hitos importantes y disponerse a trabajar con mucha pasión para ir colocando todas las piezas del pesado pero ilusionante puzle que le habían encargado.
En cuanto al equipo me dijo que daba igual la edad, que no era una barrera, pero eso sí, necesitaba gente con ganas y mucha iniciativa. Todo esto era porque unos se habían quejado por tener gente muy joven y otros por lo contrario, muy mayores.
Reflexionando en voz alta me indicó que el emprendimiento, la iniciativa, la innovación, todo al final eran actitudes vitales, por lo que consideraba que debería enseñarse en los colegios desde muy temprana edad. Se necesita enseñar cómo trabajar en equipo, asumir retos, desarrollar creatividad, y no solo aprender de memoria o copiar. Para Jesús, se trata de trabajar desde la educación en conseguir personas responsables, parte de una sociedad con problemas, pero que se sientan parte no solo del problema sino también de la solución. Y no solo buscaba para el futuro emprendedores, sino que le daba mucha importancia a la figura del intra-emprendedor; esos futuros profesionales que siempre tendrían la antena puesta para saber qué se puede mejorar, no como socios, sino como empleados.
Mantenerse al día no es sencillo, pero es la tabla de salvación de cualquier profesional, equipo o empresa. Se trata de salir muchas veces de la famosa zona de confort; la experiencia te obliga a saber que siempre se debe de estar al día, estar motivado, automotivarse y siempre, siempre, buscar nuevos proyectos que mantengan viva a la persona y a la organización.
No se puede temer al fracaso. Hay que actuar y no paralizarse ante el "no puedes fallar, asegúrate de que tienes el control, etc...". De lo que se trata es que sabiendo que todo se tuerce, hay que anticiparse a los problemas teniendo planes B o incluso planes C. Tomar decisiones y tener alternativas facilita mucho la vida de los directivos y de los mandos intermedios. Y siempre, siempre, dividir en trocitos el elefante (a mí me gusta culminar esta idea congelando los trozos y sacándolos por partes solo lo que nos vamos a comer ese día).
Jesús hablaba de problemas como muros, y si eran de ladrillos, retirar los mismos de uno en uno. Eso sí, si se detecta que el problema no tiene solución, o sea, que el muro es de hormigón, no hay que intentar destrozarlo o partirlo, sino que automáticamente el problema pasa a ser un dato fijo. Me enseñó que a veces hay que parar, e incluso retroceder. No pasa nada.
Pero de nuevo Jesús recomendaba que para asumir riesgos, invertir en innovación y hacer que la gente se meta en charcos es necesario liderar en primera instancia rodeándose de los mejores posibles por área. Y reconocer de lo que se sabe poco para hacer equipo con especialistas y buenos en los temas en los que se flaquea. Eso sí, si eliges a los que saben, delega en ellos, déjales trabajar. Y si fallan, asume la corresponsabilidad como líder del tropiezo; se trata de delegar decisiones y mantenerse detrás, sentirse y que sientan que eres responsable con ellos de las consecuencias de las mismas, mantener alta la motivación de la tropa y más veces de las que la gente piensa, tragarse algunos problemas solo, sin ayuda, entendiendo que el equipo tiene que estar al 100% en otras lides.
Se liga emprendimiento con juventud, a más edad más aversión al riesgo, etc... pero para Jesús la experiencia es un activo de gran valor que no se debe perder. Jubilarse anticipadamente es una pérdida de activo para el departamento, la empresa, el sector y llevado al límite, para el país. Como nota al margen, Jesús tiene 80 años, y si le hubieran prejubilado a los 60, no se imagina usted las cosas que hubiera dejado de crear en 20 años (me consta una lista grande y de temas no poco importantes). Por eso, y a las pruebas me remito, Jesús es un defensor del talento senior, piensa que no se puede despedir para dejarlo en casa, sin generar valor, sin hacer crecer a su entorno y a su empresa. Porque bien dirigido el asunto harán que los jóvenes aprendan mucho, mejor y más deprisa.
Terminó hablando de la gestión del tiempo, y de la energía que aún tenía. Para él el tiempo es un regalo de Dios; y decía que le habían regalado una prórroga (tuvo un infarto y casi no lo cuenta). Lo definía como un recurso escaso, el más escaso que existe, e irrecuperable. Pero por lo mismo, hay que aprovecharlo. Y lo aderezó como elástico; y ahí estaba la clave, según Jesús se pueden hacer muchas cosas al cabo del día, pero sabiendo administrar el tiempo, estableciendo prioridades, y llevando mediante una buena delegación muchos temas a la vez. Creía en la multitarea de los equipos. Como siempre, aterrizaba como clave para el éxito en la actitud, la ilusión, la pasión y el conocer/entender el propósito. El resultado: mucha fuerza y mucha energía. Junior o senior, se trata de mantenerse al día. Se trata de inquietud y generar equipos con especialistas que se complementen, que aprendan unos de los otros y como un tema que nos perseguía últimamente, volvimos a recaer en la importancia de la humildad, que genera capacidad y actitud de aprendizaje, ganas de aprender, capacidad de preguntar y rodearse de gente que nos ayude.
No hay comentarios:
Publicar un comentario