"Cuando no se encuentra descanso en uno mismo,
es inútil buscarlo en otra parte"
François de La Rochefoucauld (1613-1680)
Escritor francés
Manu había tenido un trimestre fin de año muy complicado. Le habían recomendado descansar, pero todavía le quedaban diez días para poder retirarse un par de semanas y volver con la energía completa para afrontar un 2023 que también se presumía fino en cuanto a incertidumbre y retos en su sector.
Hablando con un buen amigo le comentó que el domingo irían a visitar una zona en las afueras de su localidad con un gran conocedor de la misma, el cual seguro que les proponía mucha información durante el paseo y les serviría tanto para seguir ampliando conocimientos de sus raíces como conocer lo que pasaba años atrás en su tierra y, sobre todo, descansar de ese reciente periodo cargado diríamos de alto estrés.
Realmente no era el parón completo que necesitaba y seguro que éste llegaría para Navidad, pero decidió apuntarse a la salida del domingo por la mañana a ver qué pasaba. Y la verdad, todo se dio genial, ya que no conocía la zona aun estando muy cerca de donde vivía y le impresionó cuánta historia y arte había detrás de lo que hasta la fecha, para él eran simplemente rocas.
Dejaron el coche a unos cuatro kilómetros del complejo a visitar, y pronto se adentraron en una de las 21 canteras que se habían descubierto en la zona denominada Piédrola (piedra pequeña), era la cantera C5. Luis, el profesor les indicó que en la cantera hacían entre otras cosas, piedras de molino, y hoy todavía se pueden ver en distintas fases de producción unas cuantas ruedas en toda la extensión del espacio musealizado. Desde aquí daban cobertura a la zona de Extremadura, La Mancha y Madrid, entre otras zonas. Como todo en la vida, tras su esplendor en la época de Cervantes, cuando escribe El Quijote, cae en picado al florecer las canteras en la zona de Toledo, de origen granítico, con bloques enormes llamados "los grandes bolos".
Manu se sentía como desacelerando, viajando al pasado y olvidándose por un rato de todos sus problemas laborales de estos últimos días.
- El cantero aprovechaba la veta normal de la roca para incluirles cuñas metálicas, de esta manera separaban el bloque que querían usar para las ruedas de molino. Se aprecia un trabajo con una técnica evolucionada mediante la mejora continua... - iba explicando el maestro.
Aprendieron sobre molinos, de viento, de agua, de aceite, y cómo tenían que generar pasillos para sacar las piedras a través de carros y sistemas de arrastre de animales.
Por otro lado, escuchar que en el centro de la península una vez hubo agua de mar, y la arena comprimida y el paso de los años generaron roca arenisca era un regalo para sus oídos.
El trabajo se pagaba cuando la rueda se montaba en modo llave en mano, en el molino funcionando. Y se podían ver piezas a medio hacer, con defectos.- les decía Luis.
Encontraron negativos y fósiles vegetales durante la charla. La desaceleración continuaba haciendo su efecto en la cabeza de Manu mientras Fernando, otro de los amigos, le llamaba para señalarle lo que según él era una huella de animal a modo de marca en el imaginario paseo de la fama de Piédrola.
- En el 1545 la labor de cantero era una de las más distinguidas - Manu se imaginaba los carros, los animales, las cuñas y los canteros, cada uno haciendo su trabajo encomendado.
En su ruta encontraron también cuantiosas "ripple-marks", marcas procedentes de un pasado lejano, formadas por corrientes de agua en la época en la que el océano cubría nuestra zona.
Siguieron recorriendo la zona, y encontraron hojas fosilizadas en una roca datada en millones de años atrás...
Cambiaron de zona, recorriendo caminos de la mancha, y tras una nueva parada, Luis les descubrió una zona donde se puede observar un asentamiento árabe, de la época de Abderramán III, que lo habían formado unos migrantes de la época, parte de la civilización árabe que fue expulsada del sur de la península y se quedaron en esta localidad al encontrar agua de muy buena calidad. Les contó que son los que llevaron a la zona por primera vez los molinos de agua, siendo el diezmo su fuente de riqueza principal al ofrecer la molienda del cereal a los agricultores locales.
Por último, para rematar la visita, les explicó y enseñó una zona donde han encontrado una necrópolis árabe. Durante la excavación encontraron siete tumbas alineadas, en dirección noreste-sureste, las piernas extendidas y la cabeza inclinada mirando hacia La Meca. De momento, todo está nuevamente tapado, a esperas de poder continuar las excavaciones e investigaciones.
Ya en casa, tras una ducha reconfortante y necesaria, Manu se sentó en el sillón de lectura de su habitación. Esta vez no cogió ningún libro, no se puso los auriculares para escuchar música, simplemente repasó lo que había vivido durante la mañana con un excelente grupo de amigos, un gran profesor que desprendía pasión por todo lo que explicaba y en definitiva, se dispuso a soñar y disfrutar de nuevo de una mañana mágica entre canteras, cementerios y villas árabes en su propio término municipal, desacelerando antes del parón.
Totalmente desacuerdo en todo lo narrado.
ResponderEliminarTener esa sensación cuando en narrador te explica y te sientes integrado, insitu en ese momento parte de la historia narrada , como una aventura virtual en tu mente, es una sensación indescriptible.
Felicidades de nuevo a nuestro amigo y maestro.