"Si alguien busca la salud,
pregúntale si está dispuesto a evitar en el futuro
las causas de la enfermedad;
en caso contrario, abstente de ayudarle"
Sócrates (470 AC-399 AC)
Filósofo griego
"Mi empresa está enferma.".- Así es como empezó Luis la charla que tras la reunión con los diferentes instaladores nos habíamos prometido tras tanto tiempo sin vernos.
Ya no recordaba nuestra última tarde de post-comida, allá por el verano pasado en aquella terraza de la zona de levante, pero me quitó la mala memoria de repente cuando puso sobre la mesa el libro de Álex Rovira y Georges Escribano (El beneficio). "Ahora lo entiendo todo".- Pensé mientras apuraba el espectacular café que me llevaría a iniciarme con el refresco y sobre todo, a escuchar la historia que había llevado a mi compañero a la gran frase con la que inició la tertulia.
Y es que mientras se suele culpar a todos los trabajadores de una compañía del estado de salud de la misma, sólo puede salvarse aquella que detecta y va directamente a la raíz de la epidemia. Y es que todos sabemos que cuando un organismo enferma, en él aparecen los virus o bacterias, bajando al mismo tiempo las defensas (los anticuerpos). Pues bien, eso es lo mismo que sucede en una organización. En un determinado momento de su vida es posible que aparezcan uno o varios directivo-virus, los cuales actúan de forma patológica y provocan que la empresa en cuestión enferme.
El directivo-virus trata a las personas como objetos en lugar de sujetos. Se caracterizan por un egocentrismo radical y por lo tanto, ni generan empatía, ni muestran responsabilidad ante sus decisiones (siempre es culpa del resto), además de no ser capaces de mostrar ni un mínimo sentimiento de sinceridad. Con esa aptitud, son capaces de consumir todos los recursos a su alcance, venden a su equipo para salvar su pellejo y al final, poco a poco, o mucho a mucho destruyen cualquier posibilidad de que la empresa subsista.
Y cuando la empresa enferma, le contaba a Luis, adelantándome a su gesto en la cara, la verdad algo amargo, comienza la batalla interna (en lugar de la ya de por sí compleja batalla externa) que desencadena el temor, mata la creatividad, la chispa de espontaneidad que la joven empresa tenía y lo peor, desaperece entre directivos, mandos intermedios y resto de la plantilla ese intercambio de honestidad y sinceridad que caracterizaba la compañía cuando gozaba de salud. Y crecía, se inventaba y volvía a crecer...
"Hay que eliminar (o al menos cambiar) a esos directivo-virus".- me dijo Luis, algo más relajado. Por mi parte creo que el tener conciencia del problema y tenerlos detectados no era poco. En parte tenía razón, mi colega, ya que este tipo de directivo genera un escenario de miedo, crea ambientes negativos y de estrés y todo ello hace que las personas desarrollen su peor parte de personalidad, a veces dormida, pero que todos llevamos con nosotros dispuesta a despertar.
Y si no cortas de raíz estos síntomas, no dudes ni un instante que aparecerá el pasotismo, la burocracia sin sentido, el negocio y los intereses paralelos ocultos y la temida puñalada por la espalda. ¿No habéis tenido algunas veces la sensación, en vuestras empresas, que se estaba agotando toda la energía trabajando en contra de compañeros y departamentos de nuestra propia empresa en lugar de generar valor para clientes y mejorar nuestra posición en el mercado? Pues eso, un poco de antibiótico no hubiera ido mal a ese organismo contaminado.
"¿Y tú que dices?".- me preguntó directamente.
A lo que le contesté, tras una pequeña pausa.- "Por un lado no creo que sea fácil tu situación, que te voy a contar a ti, pero me alegra que tengas un primer análisis del mal ya controlado y quieras erradicarlo. Me gustaría que pensaras también en una parte que, afortunadamente, seguro tienes dentro de tu compañía, en el polo opuesto de tus directivo-virus. Sabes que en el libro que me traes para devolverme, el amigo Álex y el amigo Georges, también existen esos directivos que se llevan a la gente de calle, con su pasión, su positivismo y su forma de preocuparse no sólo de su día a día, sino también de conocer y cuidad a su gente. Son directivos que por su forma de ser, hacen que las personas que dirigen y de su entorno crezcan. Son los directivo-anticuerpos de la empresa. Estos directivos, que seguro hoy están agazapados en tu empresa saben muy bien que deben codearse con sus empleados y compañeros para entenderlos y generar confianza, siendo la confianza la base de un buen negocio, en cualquier etapa del mismo. Sin confianza no habrá compromiso y sin compromiso no se puede construir un proyecto de calidad, que no es otra cosa que la garantía del beneficio.
Por mi parte, simplemente un consejo, busca dentro de tu empresa esos directivo-anticuerpos, seguro que ya los tienes en la cabeza, cuéntales tu plan de choque y ponlos a trabajar contigo, no para ti, con lo que sacarás de la UCI a tu empresa y podrás volver a correr por el mercado como cualquier organización sana que se precie".
Para muestra, un botón y me permito sugeriros que dediquéis 4 minutos a ver el siguiente vídeo que evidencia todo lo escrito y si no cae en saco roto podréis usarlo como ejemplo varias veces al día desde el momento que lo veáis.
El vídeo de la semana: COMO HACER UNA EMPRESA SANA
Historias pasadas de "lasemanadeedusanchez": Os dejo, en el siguiente enlace, lo que pasaba por este blog hace 3 años para los que se han incorporado tarde y también para los amigos nostálgicos que les gusta recordar.