"Dentro de treinta años, cuando la tecnología avance todavía más, la gente mirará atrás y se preguntarán por qué existían las oficinas"
Richard Branson.
Fundador del grupo Virgin
Debido a la famosa etapa de mi vida autodenominada como "dulce transición" me ha tocado vivir un par de días por semana, de un tiempo a esta parte, en una oficina improvisada y totalmente dedicada al tele-trabajo.
Podemos decir que aunque por costumbre entendemos que lo mejor es trabajar en la oficina, una vez que tocas la otra forma de trabajo y analizas el avance de la jornada puedes llevarte una grata sorpresa. Por lo menos a mí, me ha dado grandes alegrías, a la vez que he ido descubriendo verdaderas ventajas derivadas del trabajo a distancia.
Si es verdad que no está teniendo una rápida adopción, y además siempre está el que te cuestiona que si es algo tan bueno, ¿por qué no se ha incorporado antes a nuestras vidas? Esto tiene bastante fácil explicación, o al menos eso creo yo. En cuanto al tema de la velocidad es debido a nuestra inercia a no cambiar nada, o casi nada de lo que hacemos. Somos animales de costumbres, y salir de nuestros hábitos significa molestia, y una ingrata adecuación con algo de sufrimiento. Por tanto, ya sabes, "más vale lo malo conocido..." Por otro lado, el momento posible de incorporación no lo ha decidido el humano porque sí, sino que ha sido posible el planteamiento sólo cuando la tecnología lo ha permitido.
La tecnología actual nos permite acceder y contratar a las personas más idóneas al puesto, con mayor talento y no sólo a las que viven en un radio de 25 kilómetros de distancia. En este caso de corto recorrido se produce lo que llamo "el efecto Lezama", que parte de la base que somos genios generando cantera, pero siempre, en todo caso hace falta algún refuerzo en determinados departamentos que tienen que ser fichados desde otras lejanas tierras, a veces a golpe de talonario, aunque duela.
No debemos olvidar, por importante, el aumento de productividad derivado de la eliminación de los desplazamientos, la ausencia de parones por decisión de esos compañeros que comparten chascarrillos, cigarrillos y más...
Hay quién define la oficina como "una fábrica de interrupciones", lo cual no permite en la mayoría de los casos el típico escenario de trabajar en cuestiones creativas a solas con nuestros pensamientos.
Volviendo al tema de los desplazamientos, si por término medio nos desplazamos al puesto de trabajo una media de 400 horas al año, ¿se imaginan la cantidad de registros, informes y más podemos realizar en ese tiempo evitando incluso las famosas interrupciones "salsa rosa" de la oficina?
A día de hoy tenemos suficientes herramientas para realizar un trabajo en equipo sin necesidad de estar viéndonos la cara minuto a minuto; como ejemplo podría citar, a botepronto herramientas para realizar reuniones en grupo, asignar tareas, realizar seguimiento a los trabajos, fijar calendarios, compartir informes, tomar decisiones, archivar en nuestro Pc, archivar en servidores comunes, etc...
Dejemos que la gente trabaje desde su casa de campo, feliz y contenta. Ahorremos en oficinas, luz, agua, mobiliario y además, ayudemos a nuestros empleados a que ahorren combustible, lo mismo así hasta aguantan sin esa subida salarial, que no llega últimamente, un par de años más.
Y para los jefes que enfoncan todo su miedo a perder el control; CONFIANZA, con mayúsculas, recordad que somos directivos y no canguros. Tenemos adultos a nuestro cargo; debemos y ellos quieren que se les juzgue por el trabajo realizado (en cantidad y calidad justa y necesaria) y no por dónde se realiza. Tenemos que buscarnos trabajo por nuestra cuenta, dirigir y comprobar el avance del trabajo delegado y no estar continuamente molestando a los nuestros.
Cuantas veces hemos oído: "hoy sí me ha cundido en el trabajo, no he parado gracias a que el jefe estaba de viaje y no ha pasado por la oficina".
Para terminar, unas notas a cuidar que nos ayudarán a no acabar peor de lo que estamos:
- Atención con el exceso de trabajo. 14 horas en un día son muchas. (me pasó el martes y es verdad).
- Estructura tu jornada. (horario, tramos, mini-descansos, etc...)
- Genera hábitos. (Ducha diaria, vestirse de calle (no pijama))
- Crea dos sesiones en el ordenador (trabajo y personal) dividiendo cuentas de correo, redes sociales, etc...
Para muestra, un botón y me permito sugeriros que dediquéis 4 minutos a ver el siguiente vídeo que evidencia todo lo escrito y si no cae en saco roto podréis usarlo como ejemplo varias veces al día desde el momento que lo veáis.
Nota: Y si no te va el tema de la soledad busca un local de coworking. Vaya, que no existen en tu localidad; me parece que acabas de encontrar una idea de emprendimiento que complemetaría tu trabajo actual, así que no dejes pasar la oportunidad.