"Si tenéis un minuto, intentad resumir vuestra pasado, brevemente, y sentiros orgullosos.


Después, enfrentando el maldito folio en blanco, dibujad vuestro futuro, con pasión, con ganas de hacedlo mejor.


Será vuestro mundo, vuestro camino..."

sábado, 7 de febrero de 2015

SIN LAS PARTES NO HAY UN TODO

 “Los cinco dedos separados son cinco unidades independientes. 
Ciérralos y el puño multiplica la fuerza. 
Ésta es la organización” 

James Cash Penney

Bendita semana la que acabamos de escribir. La verdad es que así no da tiempo a tener malos pensamientos, ¿verdad? Pues eso es precisamente lo que ocurre cuando todos los días se pasan volando debido a un no parar de trasiego continuo: "actividad a actividad, llamada a llamada, entrega a entrega".

Y es que no hay nada mejor que la acumulación de tareas debido a todo lo que se acarrea cuando los pedidos se acumulan y hay que poner todos lo mejor de cada uno para intentar llegar a los compromisos adquiridos en tiempo y forma.

Sí es cierto que todo este trajín provoca tensión, e incluso a veces una serie de roces que por suerte algunas, y por reflejos otras evitan que llegue la sangre al río.

Y esto es precisamente lo que ocurrió en el medio de la semana cuando un problema originado en la entrega de un producto suministrado por el cliente, sumado a un despiste del departamento de suministros al que podemos añadir un desfase en la parte de planificación de la producción conllevó un desfase en la entrega a tiempo tal y como habíamos convenido con el futuro propietario. 

No era difícil de imaginar que las chispas podrían provocar un pequeño incendio. Y es en estos momentos cuando si no se consiguen templar los ánimos desde la parte que se considera más afectada puede iniciarse un proceso "in crescendo" de voces y reproches que van alternándose entre los departamentos dolientes y que a veces puede incluso acabar en palabras que entran y dañan de lleno lo más hondo de nuestro ser, en nuestro honor.

Además, no sólo se criticaba a la otra parte sino que se indicaba de forma intransigente que lo poco que se hacía bien en la empresa se realizaba por parte del equipo que representaba su área, no dejando lugar a la duda qué todos los demás eran valorados de forma secundaria y que no existirían ni siquiera sin la principal función generada desde su sección.

En esos momentos, no pude evitar de explicarle el funcionamiento del cuerpo humano (ya sabéis de mi manía a la hora de intentar explicar todo a través de "mis famosas analogías"), y simplificando le pregunté a mi interlocutor, ahora un poco más tranquilo, eso sí, que me indicara si para él era más importante el sistema nervioso con el cerebro a la cabeza, el corazón y el sistema circulatorio o el aparato locomotor. De reseñar que al menos conseguí que se sentara y que se le dibujara una sonrisa en la cara cuando me contestó que para él era de suma importancia la sangre, y por ende el corazón.

Pero no era la respuesta que yo esperaba, ya que ninguno de los sistemas puede vivir sin los otros dos y es más, el cuerpo no sería tal como es si uno de ellos fallara. No podemos imaginarnos un cuerpo vegetativo, sin cerebro, que pueda mover cada una de sus extremidades sin orden ni concierto. Pero las ordenes del cerebro no llegarían a buen puerto sin el corazón bombeando oxigeno, alimentos y por supuesto retirando todo los residuos que ya no aportan valor al resto de órganos. Y por último, con un buen director-cerebro, buena distribución de recursos-alimentos, pero sin ejecutores de línea transformando las ordenes en movimientos reales nunca podríamos llegar a la meta planificada.


¡¡¡Creo que aprendió la lección, y que nunca se le olvidará!!! 

Dimos por terminada la reunión cuando me dijo que llevaba razón, pues somos lo que somos como un todo y no lo seríamos en cuanto faltara cualquiera de los departamentos que formamos la empresa. Además, insistió que nadie está por encima del resto ya que sólo generaremos valor por mucho tiempo si creemos fuertemente en la interdependencia de las distintas áreas de la empresa y una buena coordinación entre las mismas. Sabía que iba a llamar a su colega del otro departamento, por lo que preferí salir del despacho dejando la reconciliación entre las partes en la privacidad que el desenlace feliz merecía...




Para muestra, un botón y me permito sugeriros que dediquéis 6 minutos a ver el siguiente vídeo que evidencia todo lo escrito y si no cae en saco roto podréis usarlo como ejemplo varias veces al día desde el momento que lo veáis.


El vídeo de la semana: TRABAJAR JUNTOS COMO EQUIPO



Nota: Nos queda como tarea aprender a valorar de forma natural a nuestros semejantes al menos con el mismo valor con el que nos valoramos a nosotros mismos. De esta forma nunca menospreciaremos al resto de las piezas que nos ayudan a construir el puzzle de nuestra vida.

1 comentario:

  1. ..."en todas las casas cuecen habas..." me suena bastante la lección de hoy Eduardo, a veces pensamos que estas cosas solo ocurren en nuestra casa, pero ya veo... y me gusta la herramienta de las analogías, una vez que reflexionas sobre ellas, te quedan pocas salidas para poner excusas... y la importancia de resolver de forma inmediata estos pequeños conflictos, salen todas las partes reforzadas y debemos celebrarlo... ¡ hasta la próxima lección ! gracias y buena carrera (semana)

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