"La soledad se admira y desea cuando no se sufre,
pero la necesidad humana de compartir cosas es evidente"
Carmen Martín Gaite (1925-2000)
Novelista española
Esta semana he terminado la fase de exámenes número uno del año. Ya sólo queda el período de Mayo/Junio, y si todo pinta bien remataremos la licenciatura para esa fecha, lo que nos permitirá tomar un respiro a esta vida tan completa que nos ha tocado vivir. No habrá de mi entorno quién comente que "otra cosa te buscarás", con razón, pero si que no será de seguido, amigo, ya que a veces el cuerpo y la mente piden un poco de ralentí, ¿verdad?
Pero cambiemos de tercio, si os parece y pasemos a un tema ocurrido durante la recién acabada semana laboral, que ha sido bastante gratificante y a la vez, extraña.
No puede ser otra forma si toca seleccionar a personal que la alegría inunde el corazón de un profesional al que le encargan este menester. Y esto es precisamente lo que me ha despachado el destino cuando me comentaba el lunes mi jefe que teníamos que buscar a alguien urgentemente y por favor, sin vacilar me pusiera manos a la obra.
No puede ser otra forma si toca seleccionar a personal que la alegría inunde el corazón de un profesional al que le encargan este menester. Y esto es precisamente lo que me ha despachado el destino cuando me comentaba el lunes mi jefe que teníamos que buscar a alguien urgentemente y por favor, sin vacilar me pusiera manos a la obra.
"Y es que si necesitas más personal, al menos en mi mente se traduce en crecimiento, y el crecimiento te lleva a motivación, alegría y esperanza de un futuro que está por llegar, pero que se deja entrever en el horizonte, cada vez menos lejano".
Y así lo hicimos, como siempre, en equipo. RRHH se remangó y gestionó con diligencia y rapidez el perfil que necesitábamos, generando una ficha que envió tanto a la gestora de empleo de la oficina comarcal como al departamento de desarrollo local destinado a tal efecto. Y como os podéis imaginar los CV no tardaron en llover; y no llegaban, no, llovían, ya que era como un chaparrón continuo lo que la cuenta de correo electrónico nos generaba de propuestas de vidas dispuestas a ofrecer lo mejor de sí mismos, para en la mayoría de los casos encontrar su primer trabajo, en un sólo folio (dos a lo sumo).
La verdad es que no iba a ser fácil, pero al menos cómo esta vez el perfil solicitado era con unos requisitos muy claros el filtro inicial no resultó muy complejo y la selección de propuestas para la entrevista personal estuvo preparada en un corto espacio de tiempo y tras avisar a los candidatos se planificaron todas las entrevistas, las cuales comenzarían esa misma tarde.
Hasta aquí nada que reseñar. Como siempre en las entrevistas personales: resúmenes de experiencias vividas, estudios terminados, cursos realizados, diferentes trabajos con sus respectivas duraciones...
Pero llegó el último candidato y me impactó. Si, no puedo describir lo que me hizo sentir, pero tengo que decir a estas horas que su mirada y su última pregunta al concluir la entrevista me ha dejado marcado. Os cuento, todo iba según el guión, incluso las dos pruebas que le había propuesto eran notables en su ejecución, pero llegó la pregunta final que para mí dice mucho de lo importante y vital en cualquier proyecto de sentirse abrigado por un equipo, unos compañeros, en definitiva una familia que apoya una causa común.
Termino con su cuestión, no sin antes indicar que si es cierto que durante su última etapa en la empresa, ERE incluido, me había relatado una serie de hechos que yo creo que han torcido en mucho su personalidad, porque según sus palabras había sufrido mucho, pero que mucho en ese reconocido por su parte como angustioso período final.
Y de su boca salió con la mirada clavada en el infinito:
"Si soy el elegido, ¿me puedes asegurar que nunca me dejaréis solo?"
Hace tiempo que nada ni nadie son capaces de dejarme sin palabras, pero allí donde estés, tú, esta semana lo has conseguido y por sentirme en deuda contigo te dejo el siguiente vídeo de 3 minutos para que puedas volver a encontrar la alegría que seguro tenías antes de tropezar con el episodio comentado.
Nota: Necesitamos apoyo, necesitamos gente, necesitamos a los nuestros con nosotros.
Puff, que lloraera, no me hagas esto que estamos en Carnaval
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