"El éxito es aprender a ir de fracaso en fracaso sin desesperarse"
Winston Churchill (1874-1965)
Político británico.
Tras la tercera semana completa del año ya poco va quedando del resumen del 14 y todas las miradas se enfocan al año 15, ilusionante a la par de cargado de incertidumbre. Y es que sí que es verdad que el viento, poco a poco, sopla a favor pero no por ello deja de sentirse todavía muy cerca todo lo acontecido en esta larga etapa de recesión tan directamente vivida.
Poco nos queda ya para culminar el informe de la primera aproximación de los objetivos del año y Dios mediante, la semana que entra la dedicaremos a desplegar los mismos por zonas, productos, clientes y agentes de ventas. No es sencillo establecer un objetivo real en periodos de poca certeza, pero es necesario ya que es fundamental saber donde está la meta y sobre todo, con qué recursos llenaremos las alforjas para el camino que nos debe de llevar hasta el éxito, o al menos acercarnos lo máximo a él.
Precisamente revisando los resultados de un producto que es relativamente nuevo en la empresa lo bautizaba un compañero esta misma semana, refiriéndose al mismo de manera general, como "ruina" en cuanto a la generación de beneficios netos. No dudé en preguntarle el motivo de la consecución de otro gran pedido, de un producto de la misma familia, acaecido durante este año y que se había cerrado con un resultado aceptable, incluso algo por encima de la media de lo que venía siendo habitual en los últimos tiempos. En un principio, dudó. Pero tras un pequeño tramo de silencio atinó a decir en voz alta y a su vez, reconocer que sin la decisión de iniciar nuestra andadura en este nuevo producto, primero homologando, después invirtiendo en utillaje y sobre todo, en formación, para posteriormente dar paso a una serie de etapas sobre la famosa curva de aprendizaje, nunca habríamos sido adjudicatarios de este pedido, y mucho menos haberlo gestionado en positivo en cuanto a resultados para la empresa.
Se trata de combinar este corto plazo necesario para obtener "nuestro pan de cada día" con una visión algo más amplia que nos genere una paciencia ante las caídas aseguradas en cada uno de los nuevos proyectos a lo que nos enfrentamos. Pero no podemos olvidarnos de los primeros relevos, de los que hacen el trabajo en las primeras etapas, en definitiva, de los desastrosos prototipos que estudiados por sí solos, aislados, son auténticas ruinas, porque ellos son sin lugar a dudas los que nos han enseñado cómo hacerlo, y sobre todo cómo no hacerlo allanando el camino a los proyectos siguientes, estos ya sí cargados de rentabilidad y éxitos.
Para rematar, me gustaría que fuéramos capaces una vez alcanzada la cima, conseguido el objetivo y cruzada la meta repasar todo lo que se ha sufrido, caído, crecido y la experiencia pasada fuera usada para no dejar nunca de afrontar nuevos retos y emprender nuevos caminos que asegurarán que nosotros, nuestras vidas y nuestras empresas permanezcan VIVAS.
Para muestra, un botón y me permito sugeriros que dediquéis 2 minutos a ver el siguiente vídeo que evidencia todo lo escrito y si no cae en saco roto podréis usarlo como ejemplo varias veces al día desde el momento que lo veáis.
Nota: no es sencillo lo nuevo, lo desconocido, pero por encima de todo es NECESARIO. No olvidemos que si queremos llegar tenemos que estar dispuestos a sufrir. Porque una vez conseguido, si miramos hacia atrás, confirmaremos que ha merecido la pena.