"Es mucho más difícil describir que opinar. Infinitamente más.
En vista de lo cual, todo el mundo opina."
Josep Pla (1897-1981) Escritor español.
Al termino de la semana, al inicio del consejo de los viernes, comentaba un puntual participante en el mismo (antiguo subcontratista de la casa ya jubilado) que era muy, pero que muy sencillo criticar y no respetar el trabajo de los otros.
Se refería al trabajo de otros departamentos cuando la empresa ya tiene un tamaño que comienza a diferenciarse el capital del trabajo, así como la mano de obra directa vs. la indirecta.
Y le dimos la razón, sí. Cuantas veces hemos oído la crítica a los que cuelgan el mono (ropa de trabajo), y tras fichar en la máquina de control de personal, sin haber salido por la puerta ya no recuerda nada de nada de lo ocurrido durante el turno laboral. Se oye lo siguiente: "bien, ya ha terminado, poco le duele la cabeza y bien va a dormir esta noche".
Por otro lado, están las críticas de los directos: "otra comidita más, y luego la copilla, las cartas o lo que toque. Claro, es que tienen que hacer lo que el cliente les diga, están a su disposición". Todo lo anterior con el toniquete de la sorna típica que sin clases ni ensayos bordamos los humanos, ¿verdad?
Bueno, pues aquí mi opinión.
¡¡¡¡ NO ES ORO TODO LO QUE RELUCE !!!!
Todos y cada uno de los que tienen la suerte de trabajar tienen sus momentos buenos y sus momentos malos. Todos los trabajos, al final son medidos como la media de lo que nos ocurre en ellos y cómo somo capaces de adaptar nuestras habilidades a las aptitudes requeridas y sólo esa media es capaz de hacernos incidir en si estamos bien donde trabajamos o no.
Al pensar sobre las palabras del sabio subcontratista se me vinieron dos ejemplos que me habían ocurrido esta misma semana con sendos clientes.
El primero me tocó vivirlo el miercoles, durante la comida, y no puedo contar exactamente lo que el señor (por decir algo) cliente soltó por su boca ya que tendría que revisar los estatutos del portal y es posible que pudieran vetar mi entrada por escandalosa y repugnante. Sus pensamientos sobre seres vivos no podrían haber sido más nocivos que el veneno de una víbora, os lo juro. Pues bien, tras un corte de digestión y un dolor de cabeza que sólo lo remedió doble ración de Ibuprofeno es posible que todavía alguien pueda pensar que disfruté con el almuerzo, es posible.
El segundo acto, esta vez más light, me tocó por teléfono. Tocaba defender con otro cliente algo que sabía que era digno de rendición, pero a veces nos toca lidiar con herramientas que no elegimos, sino que por contrato nos las ponen cual muletas y con las mismas, nos lanzan al ruedo. Y al final, de forma merecida, me dieron algunos restregones y alguna que otra cornada que acabó en mis entrañas.
Por ambos episodios, os puedo jurar que tras el resumen que siempre realizo de lo ocurrido en la semana y el plan que me propongo para la siguiente me ha tocado ampliar el periodo de estudio y hacer un resumen más global de mi trabajo para decantarme por la táctica de que la media es lo que cuenta (el viejo truco), ya que si no es por este ensanche de miras la verdad es que hubiera salido muy dañado de estos quites.
Para muestra, un botón y me permito sugeriros que dediquéis 5 minutos a ver el siguiente vídeo que evidencia todo lo escrito y si no cae en saco roto podréis usarlo como ejemplo varias veces al día desde el momento que lo veáis.
Nota: Mi consejo, cuando todo os salga bien y estéis en lo mejor, centraros en la actividad, los vuestros, el momento... En cambio, en los bajos momentos, en la penosa actividad, ampliar el periodo de tiempo, contraponerlos con lo bueno que se ha vivido y lo que queda. En definitiva hacer la media y conseguir que el balance convierta "el menos en más" para que nuestra/vuestra vida merezca la pena.
Y para terminar, un fuerte abrazo al amigo Miguel, que ha cumplido los 41 y está hecho un chaval. ¡Qué cumplas muchos más, champion!
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