"En un mundo superior puede ser de otra manera,
pero aquí abajo, vivir es cambiar
y ser perfecto es haber cambiado muchas veces"
John H. Newman (1801-1890)
Cardenal y escritor británico.
Hacia tiempo que no nos veíamos y tenía ganas de compartir el almuerzo con José. Lo que no esperaba era su estado de forma; y no me refiero al físico (está como solemos decir hecho un chaval) sino a su decaído y no muy normal, según recuerdo, estado anímico.
Siempre lo he recordado en un estado de optimismo total; crítico sí, pero con la mente puesta en la esperanza que nunca se pierde y las energías enfocadas en la mejora de su vida más cercana y sobre todo de la mejora en "Su" empresa, como siempre de forma personal remarcaba desde que lo conocí. -Sí, Eduardo, "Mi" con mayúscula ya que tras 40 años dedicando el 80% de mi tiempo vivido (y despierto) a la misma creo que merezco esta sensación de pertenencia, ¿verdad?- Me decía siempre con ojos rasados derivados de la emoción.
No pude esperar ni a pedir el refrigerio de bienvenida (el que sirven para apaciguar a las fieras mientras pensamos la parte sólida del convite) y le lancé mi preocupación por su estado, a sabiendas que si estaba decidido a contarlo, no es persona de rodeos y se lanzaría al ruedo sin pensar en lo duro que podía ser la faena ni a donde podría llevarle su confesión. Y allí estaba José, saliendo al ruedo sin tapujos y brindando su preocupación de forma directa para hacer del problema el tema núcleo y monopolizador de la comida-reunión.
José llevaba tiempo dándole vueltas, sabía que las cifras y la tendencia de la compañía, tanto en cifra de negocio como en resultados no auguraba buenos tiempos, pero aun sintiendo que era necesario realizar un gran cambio organizacional se sentía incómodo e intimidado por la magnitud del reto. Y me pidió consejo al respecto y humildemente, por si no fuera poco todo lo que por circunstancias me ha tocado vivir, no pude negarme a intentar ayudarle. Eso sí, trataríamos el tema una vez a la semana (aproximadamente 3 horas) y el resto sería por e-mail y teléfono cuando fuera menester.
Quedamos en que trataríamos el liderazgo del cambio según el modelo de Kotter y que tendría que leer primero un par de libros para ir sintiéndose cómodo con el proceso de cambio que Kotter explica en los mismos.
Vi cómo le brillaban los ojos, y sentí que este nuevo reto no podía esperar a la reunión de la semana siguiente y le propuse que empezáramos en ese momento a preparar el paso I, a lo que mi colega accedió ipso facto, mostrando un gran interés.
Bien, -le comenté-, pues para que tu cambio se logre es necesario que la mayoría de tu organización realmente lo desee, y para ello necesitamos desarrollar un verdadero sentido de urgencia; así lograremos despertar una motivación inicial para lograr un movimiento.
No basta con la típica retahíla de ventas pobres y del típico "qué viene la competencia" que todos estamos cansados de escuchar, sino que se trata de abrir un diálogo honesto y convincente acerca de lo que está pasando en el mercado y con su competencia. Si mucha gente comienza a pensar y a hablar del cambio que propone el sentido de urgencia se podrá auto-alimentar.
Ya, pero entonces, ¿cómo empezamos?.- Me preguntó libreta en mano mi compañero.
Toma nota, que tenemos trabajo, apasionante, pero trabajo.- Le dije.
1) Empezarás identificando las potenciales amenazas que vislumbras e intenta desarrollar escenarios que muestren lo que podría suceder en el futuro.
2) Por otro lado, debes examinar y escribir las oportunidades que pueden ser explotadas gracias al cambio.
3) Inicia debates honestos y da razones convincentes para hacer pensar y hablar sobre el cambio a, primero tu equipo más cercano, y después amplia el debate hasta intentar llegar al total de tu plantilla.
4) No descartes, si es requerido para convertir a los tuyos, solicitar el apoyo de clientes de peso y confianza para reforzar tus argumentos.
Para terminar le indiqué (espero que con el suficiente énfasis) que debía trabajar esta fase muy duramente y no escatimar en la inversión de tiempo y energía en la construcción de la urgencia, porque de pasar al siguiente paso sin un buen equipo de creyentes en el cambio estaba abocado a un inminente y casi seguro "fracaso".
Tomó nota, estuvo pensativo mientras atacábamos al plato principal al menos durante 5 minutos (le dejé dialogar consigo mismo) y dedicamos el resto del almuerzo a hablar de nuestras familias, las vacaciones, las inminentes fiestas locales y como no, las recientes Olimpiadas de Río.
Para muestra, un botón y me permito sugeriros que dediquéis 4 minutos a ver el siguiente vídeo que nos acerca a conocer como explica Kotter el significado de URGENCIA.
El vídeo de la semana: SENTIDO DE URGENCIA
Historias pasadas de "lasemanadeedusanchez": Os dejo, en el siguiente enlace, lo que pasaba por este blog hace 3 años para los que se han incorporado tarde y también para los amigos nostálgicos que les gusta recordar.
Estimado Edu, me llamo José, llevo 40 años en MI empresa... habrá que leer a Kotter previo a esa comida pendiente...
ResponderEliminarBuenas tardes, señor. Todo parecido con la realidad es mera coincidencia... Ya nos pondremos al día. Un gran abrazo.
Eliminar