"Para ir rápido basta con ir uno sólo,
pero para llegar lejos tenemos que ir todos juntos"
Proverbio africano.
Esta semana he tenido la suerte de conocer a un grupo de personas en una gran red de networking que, teniendo intereses individuales, comparten inquietudes, miedos, conocimientos, contactos y ante todo tienen claro que en el mundo de las interrelaciones y supercompetitividad que nos ha tocado vivir hay un lema que se suele cumplir en todos los ámbitos de la vida, y el cual he podido leer y escuchar durante algunas de las reuniones:
"dar y recibiréis"
Por otro lado, tras algunas entrevistas con emprendedores, dueños y gerentes de empresas pequeñas y de reciente creación se vislumbra que aun teniendo gente a su cargo que puede acompañar y hacer crecer su negocio, se echan toda la organización sobre sus entrañas e intentan cumplir su visión sólos, cómo un superheroe intentando salvar el planeta sin la ayuda de nadie gracias como no a sus superpoderes. Pero en la vida real no es así, ¿verdad?
Y por este tema me comentaba uno de los gerentes esta mañana sobre la posibilidad de que le pudiera ayudar con el problema de no ser capaz de desarrollar su negocio a través de que todo el equipo en primer lugar, remara, y cuando lo hiciera, remara en la misma dirección que además debería ser la marcada por él como capitán.
Había quedado a las 12 para salir junto a varios colegas a una sesión formativa en Albacete, pero intenté aconsejarle, dentro de mis posibilidades, en media hora, eso sí, siempre que me invitara a un café. Y cómo no dudó en sonreír, sentarse conmigo en la mesa del bar de "Manolo" y pedir en voz alta al camarero tan ansiado trofeo comencé mi charla diciéndole:
"Uno siempre es demasiado pequeño por sí sólo para poder cumplir sus sueños"
Por ello, debes lograr que el equipo luche por "metas compartidas". Se trata de "compartir" y nunca "imponer"; seducir con un objetivo común haciendo que en apariencia, casi sin esfuerzo, todos los miembros del equipo den lo mejor de sí por un trabajo que sienten especial y que siempre recordarán como algo espectacular que les ha ocurrido en sus vidas.
Debes hacer que los tuyos tengan la meta como algo más que el sitio al que se llega; el camino que lleva al equipo hacia la consecución de los objetivos debe motivarles y hacerles sentir que crecen como profesionales y también, fundamental, como personas. Y una vez alcanzada la cima de ese proyecto en cuestión, habiendo dado su mejor, deben estar deseando alcanzar el siguiente hándicap propuesto, dispuestos a seguir creciendo.
Para lograr un equipo de alto rendimiento necesitas que cada uno juegue en su sitio. Como gran director, a la hora de construir tu equipo debes colocar tus piezas claves en función de sus capacidades potenciales haciéndoles trabajar en sus áreas de fortaleza; ¿y sus debilidades? Está muy claro, debes cubrirlas con otros miembros que sean buenos, especialistas en esas fallas.
Y no olvidemos que todo equipo necesita de un buen líder. ¿cómo te ves en las dotes del liderazgo? Porque tu gente necesita a ese señor que decide formar parte de la solución y no del problema haciendo que las cosas sucedan. Ese mismo que no reacciona, sino que es práctico y paciente en la constante búsqueda del desarrollo de todo el equipo que dirige llevándolo a la excelencia operativa.
Ese líder que no intenta sobresalir cuando asoma la victoria, sino que dando un paso atrás deja que el triunfo y los aplausos se lo lleven los suyos, escuchando de forma activa y sincera, observando antes de hablar... y de decidir.
Debes confiar en los componentes de tu equipo hasta conseguir sacar lo mejor de ellos, y a veces, hasta habilidades que los propios poseedores no conocían de sí mismo.
¡Expectacular!
¿Tú eres ese líder o lo tienes en tu organización? Si no lo encuentras dentro tienes la obligación de buscarlo. Si lo tienes, por favor, retenlo; es tu obligación.
Mal harías también, no siendo que el profesional tuviera ese mal día que, por desgracia, todos pasamos (por suerte de forma puntual), retrasando el sacrificio del eslabón maltrecho, si el mismo comenzara a fallar de forma constante y su actitud impidiera avanzar al equipo hacia los objetivos marcados.
En mi opinión, debes llenar la confianza de cada miembro del equipo, delegando tareas y responsabilidad, reforzando positivamente los avances realizados y mostrando el apoyo constantemente. Esto es imprescindible, es un elemento de adhesión de personas que interesando el que sean complementarias no dejan de ser diferentes. Confía en ellas y haz que ellas confíen unas en otras.
Elimina el estilo "o estás conmigo o contra mi"; es incompatible con el buen trabajo en equipo. Si entiendes que dentro de tu equipo cada persona puede (yo diría debe) pensar de forma diferente es una de las cosas más valiosas que le puede suceder a tu proyecto y denota la madurez del mismo. Por ello, escucha, debes fomentar el conflicto de ideas pero nunca el de personas. Pero eso sí, con un sólo objetivo al que llegar, sin lugar a dudas.
Haz que tu equipo se sienta ganador visualizando la consecución de la meta marcada y como no, sintiendo la ovación y la alegría del final exitoso, dejando celebrar el resultado que ha ayudado a conseguir con su esfuerzo. Si percibe que está creciendo, que está consiguiendo los objetivos, el cansancio no aparecerá y la motivación hará que el tiempo pase como un rayo y el entusiasmo despliegue su talento; siendo este el principal motor impulsor del proyecto común. ¿Se puede pensar que no se conseguirán los objetivos? Nunca. Esta es la única actitud de plena confianza que permitirá ante las dudas estudiar alternativas diferentes desde distintas perspectivas.
Siembra relaciones de concordia, buena fe y recibirás frutos agradables. Como gestor debes equipar tus recursos con las habilidades necesarias para triunfar y nunca olvides que si no formamos a los nuestros y no sembramos talento no podemos pensar que recogeremos excelencia; esto es muy pero que muy claro.
Para terminar, seguro que te gustaría saber si tu equipo va a llegar lejos y para ello no te queda otra que evaluar si cada uno de los colaboradores tienen las aptitudes humanas y técnicas que necesitas para cumplir con los objetivos propuestos. No debes conformar tu equipo por la amistad, o la cercanía de la familia. Es verdad que llevarse bien es imprescindible, pero si no hay capacidad el fracaso estará garantizado. Conforma a tu lado un verdadero ejército capaz, una autentica guardia pretoriana formada por los mejores; sí que te llevará tu tiempo, pero aumenta en mucho las posibilidades de éxito de vuestro proyecto común.
Para muestra, un botón y me permito sugeriros que dediquéis 3 minutos a ver el siguiente vídeo que evidencia todo lo escrito y si no cae en saco roto podréis usarlo como ejemplo varias veces al día desde el momento que lo veáis.
Nota: hay que reconocer que saber trabajar en equipo no es fácil, no, pero merece la pena invertir y capacitar para llegar a tener equipos de alto rendimiento que tanto necesitamos, y cada vez más necesitaremos.