"No hay secretos para el éxito.
Éste se alcanza preparándose,
trabajando arduamente y aprendiendo del fracaso"
Colin Powell (1937-?)
Militar y político estadounidense.
Esta semana hemos vivido varios pasajes no muy cómodos a la hora de gestionarlos, la verdad sea dicha. Pero ya lo hemos comentado varias veces; no todo es un camino de rosas, no. Y si echamos la vista atrás, siempre nos toca pasar mucho más tiempo preparándonos, recibiendo reprimendas, acatando el silencio como bueno cuando algo sale bien y ¡zas!, encajando el golpe al más mínimo fallo de esa persona/cliente al que tantas y tantas veces le hemos dado todo o casi todo lo que podíamos según nuestras capacidades y sapiencia.
Pues bien, también tengo en mi circulo familiar cercano dos familiares que han tenido que pasar por el quirófano para arreglar una pequeña cosa que no estaba cómo o donde tenía que estar. Y esto me ha hecho reflexionar en cómo con el paso de la vida, una serie de órganos, los cuales han sido parte activa de que la máquina funcionara, por motivos varios se van desgastando, transformando y en definitiva envejeciendo con lo que no son capaces de seguir el ritmo del resto del organismos.
Ocurre igual en las empresas. Hace más de 10 años, leí un articulo titulado "DOLORES DE CRECIMIENTO" el cual en esa época me llamó mucho la atención (tal vez por mi juventud, es cierto). El mismo hablaba de cómo cuando una empresa crecía, muchas veces, para mantener e incluso continuar la ascensión se tenía que decidir prescindir, además sin dilación, de personas y departamentos enteros los cuales habían sidos partícipes de los éxitos del pasado. Yo lo comparo también, en términos de competición deportiva por categorías, con la situación de un ascenso de 2ª a 1ª división en un campeonato por equipos. Como se puede desprender del hecho, es un tema de alegría y muy positivo para la entidad, ¡pero amigos!, cuando toca planificar la siguiente temporada hay varios compañeros que tienen que quedarse en el camino incluso siendo activo vital en el crecimiento logrado. A estos despidos era a los que denominaba DOLORES el columnista y aunque nunca más volví a encontrarlo, me dejó la historia grabada en mi memoria.
Por lo mismo, cuando queremos continuar viviendo, mejorar nuestra calidad de vida, en definitiva alcanzar otras metas en nuestra vida debemos decidir sin demora, sin dudarlo, pasar por el quirófano y dejar que los técnicos decidan qué hacer con aquel órgano, cómo eliminar estas células que pueden perjudicar a otras o incluso cómo estirpar estos elementos que tantas alegrías nos han donado desde nuestro nacimiento pero que sólo con las históricas medallas ganadas (por méritos propios, eso sí) no se deben de mantener en el campo de batalla. Ahora nos toca retirarlos para que no emborronen su curriculo e incluso en el peor de los casos nos lleven hasta la destrucción parcial o total de nuestro querido organismo.
Difícil decisión, no por ello menos dolorosa.
Pero el éxito se sustenta en estas complejas decisiones a tomar y mediante el diagnostico precoz, cuando la prevención no ha surgido efecto, no es muy aconsejable el retraso en la actuación.
Efectivamente, estas acciones generan dolor en el corto plazo, los postoperatorios no son fáciles y el momento de la toma de la decisión entristece el ambiente. Pero cuando se mira al futuro y se encara el nuevo camino a emprender con las herramientas adecuadas, con el organismo nuevamente puesto a punto, sólo toca agradecer el día que nos empujaron a tomar la decisión y si el resto de órganos hablaran sólo tendrían palabras de agradecimiento por haberles regalado muchos más años de vida.
Se trata de dolor local para lograr el éxito global y amigos, cuesta mucho decirlo pero en la vida real no nos encontramos sólo lo fácil y cómodo en el horizonte para conseguir nuestras metas, sino todo lo contrario.
En definitiva, no hay vida sin dolor, debemos de afrontarlo y como pasajero, el dolor se irá, dejando paso a grandes situaciones de alegría, de consecución de metas y generando mejora en nuestras empresas, familias y amigos, pero nunca olvidando que no lo hemos conseguido mediante atajos o por arte de magia, sino por el camino de la perseverancia, el esfuerzo y en definitiva el sufrimiento y el apoyo de todos los nuestros.
Para muestra, un botón y me permito sugeriros que dediquéis 2 minutos a ver el siguiente vídeo que evidencia todo lo escrito y si no cae en saco roto podréis usarlo como ejemplo varias veces al día desde el momento que lo veáis.
Nota: Desear lo mejor a mis primos Elena y Daniel, ambos convalecientes de sus recientes operaciones. Seguro que en breve estáis luchando otra vez, queda mucho por delante.
Por otro lado un abrazo a Javi, que esta semana le ha tocado iniciarse en los "40", una década que nos deparará a todos tramos de dolor, pero sobre todo, grandes proyectos conseguidos al final tras sobreponernos a esos golpes pasajeros que nos tocará vivir.
Por otro lado un abrazo a Javi, que esta semana le ha tocado iniciarse en los "40", una década que nos deparará a todos tramos de dolor, pero sobre todo, grandes proyectos conseguidos al final tras sobreponernos a esos golpes pasajeros que nos tocará vivir.
Que razon tienes Edu, hay que ir superando las situaciones que se nos ponen por delante, con paciencia todo pasa.
ResponderEliminar