"Para ser realmente grande, hay que estar con la gente, no por encima de ella"
Montesquieu (1689-1755)
Escritor y político francés
La verdad es que cuando llegas hasta el fondo de la gente a través de conversaciones sinceras y sin ningún tipo de presión profundizas en cómo son, y realmente, acabas conociéndolas mejor y sobre todo, las entiendes y las quieres más.
Y esto pasa las semanas que tienes tiempo de estar con los tuyos (amigos y familiares) debido a las mini-vacaciones que la Santa Semana nos brinda. Es muy simple, te descargas de presión, te relajas, te vacías del demonio del stress, y una vez limpio de tensión, sólo tienes que prepararte a escuchar/aprender de tus hijos, tu pareja, tus padres, tus hermanos, tus amigos, tus vecinos...
Otra cosa importante es que tu gente te conozca tal y como eres. Se trata de no presentarte con la coraza a todas partes; por un lado es incómodo, artificial, por otro desgasta en demasía y se trata de que te quieran y acepten tal como eres, ni más ni menos. Y es que precisamente si queremos aparentar estar por encima del resto sólo nos puede ocurrir que al cambiar de status nos quedemos fuera de nuestro entorno, por lo que se vaticina un final infeliz y de soledad.
"Hasta el mismo Dios hecho hombre (sirva como ejemplo, independientemente de nuestras creencias) nos dio una lección de humildad, viviendo entre nosotros, y soportando la cruenta venganza de su pueblo, el cual se ensañó con su ser diferente, y debido al eterno problema de la envidia y la comparación, tuvo que aguantar hasta el castigo de la crucifixión".
Volviendo al terreno y por todo lo comentado, escuchar atentamente y aprender del resto debe servir para no anhelar ser como los demás, ni añorar igualarnos a los que más saben, ni compararse con los que en un momento determinado nos deslumbran con su sapiencia y formación, sino valorar lo que somos, en lo bueno y en lo menos bueno, marcarnos nuestras propias metas y en definitiva, siendo nosotros mismos, tal como nos hemos modelado a lo largo de nuestra vida mostrándonos en nuestro máximo esplendor.
Para ello, debemos cuidarnos de no parecer auténticos imitadores, marcando nuestro estilo y definiendo nuestra forma de ser, de tal manera que siempre aparezcamos como humanos, que en realidad es lo que somos.
En el tema de las metas a alcanzar, me gustaría mandar un pequeño recordatorio de las principales normas que nos ahorrarán un disgustillo que otro, y que llegados al punto resumo para los olvidadizos:
1) Debemos proponernos una serie de metas a alcanzar (a poder ser por escrito).
2) Las mismas deben ser medibles y acompañadas de una escala de tiempo.
3) Deben ser realistas, pero a la vez desafiantes.
4) Deben de estar alineados con la gente que está a nuestro lado.
5) Haz que no sean demasiado numerosos, prioriza.
6) Recuerda que los objetivos suponen una obligación; no vale dejarlos a la primera de cambio. Sigue hasta el final.
Sólo de esta forma, sin mirarte en los demás, estarás contento contigo mismo, irás puliendo tu marca personal y marcarás tu propio camino de una manera exclusiva generando una vida más completa y llena de buenas y grandes recompensas, seguro.
Para muestra, un botón y me permito sugeriros que dediquéis 5 minutos a ver el siguiente vídeo que evidencia todo lo escrito y si no cae en saco roto podréis usarlo como ejemplo varias veces al día desde el momento que lo veáis.
El vídeo de la semana: El miedo a la Insignificancia
Nota: Somos importantes para los nuestros, por lo que no debemos vivir la vida de otros. Vivamos plenamente la nuestra y mejoremos el presente, planeando nuestro futuro día tras día, tal y como somos, fieles a nosotros mismos.
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