"Hay ladrones a los que no se castiga,
pero que roban lo más preciado:
el tiempo"
Napoleón I (1769-1821)
Napoleón Bonaparte. Emperador francés
David era siempre un ejemplo a la hora de organizarse en el trabajo. Hacía tiempo que no lo veía, pero cada reunión, aunque fuera en la piscina del club era muy aprovechada por el resto de acompañantes.
La última vez nos había comentado cómo le gustaba trabajar siguiendo el método GTD, y Marina no dudó en preguntarle de nuevo sobre este sistema de trabajo.
David nos indicó que no era un tema de pócima mágica ni IA, sino técnicas y/o herramientas concretas que le habían servido para organizar tareas de su vida diaria, tanto en casa como en el trabajo. Y sí que es verdad que puede que en algunas tareas sea mejor no usar algún paso o saltárselo, pero cómo pasa con alguna de las herramientas de la caja que tenemos en casa, que no siempre se usan, ni para todo ni a diario, pero cuando se necesitan ahí están.
Se trataba de liberar tiempo, afinar la disciplina e incluso calmar los nervios aumentando la productividad.
Y con todo, tras un rato de tertulia agradable, volvió a indicarnos cómo el método le permitía que cualquier problema fuera diseccionado en una serie de tareas a hacer, todas ellas listas para definirse o mejor dicho, ejecutarse. O sea, que no había distancia entre el pensamiento y la acción. Y cuando estaba inmerso usando el método el tiempo le volaba, disfrutaba generando acciones y ninguna tarea le bloqueaba. Para él era cómo sentirse libre de nuevo.
Marina le volvió a pedir una serie de pensamientos que resumieran en forma de consejos el asunto. Y juntos recordamos cómo trabajaba David mientras seguía el método.
Recordamos que siempre se concentraba en las soluciones y no en los problemas. ¿Cuál es la siguiente acción? era la pregunta que siempre tenia en la cabeza por defecto.
Para David no existían las distracciones, sino las entradas mal gestionadas. Siempre decía que nosotros mismos somos la principal barrera de entrada del ruido que no nos permite avanzar.
Nunca retenía tareas en su memoria. Su máxima era tener a mano donde escribir y depositar el registro organizado por listas "to do" de el qué, el cómo y el para cuándo.
Juntos repetimos la regla que llevábamos desde años grabada a fuego. Si la tarea se hace en menos de dos minutos, hazlo. Es otra tarea que deja de ocupar espacio en la lista y sobre todo, en la cabeza a nivel de preocupaciones.
Volvimos a darle el título de sagrado al calendario de cada uno. No, no, no se reprograma.
Volvimos a recordar cómo cuando era difícil de encontrar, muy enrevesado o no había quien lo entendiera, pues lo mismo no lo necesitábamos. Muchas veces dejándolo estar se acababan asuntos y la productividad aumentaba de manera exponencial.
Volvió a remarcar que había que estudiar a priori bien las herramientas a usar. Siempre se preguntaba si las mismas estaban bien diseñadas y asegurarse que el trabajo, de esta forma, sería más fácil, más agradable, y en definitiva, se contaba con los recursos correctos.
Aunque parezca de los más simple, volvió a remitirnos a las listas de verificación. Sus palabras siempre eran que nunca estaban de más, y que no las subestimáramos.
Aterrizamos recordando el tema de la programación y la secuenciación de las tareas. Nada de FIFO, orden alfabético, etc... David siempre tenía en cuenta era el nivel de energía que el que debía hacer la tarea tenía, según el día de la semana, la hora del día, etc... Secuenciar por dificultad y energía. Interesante.
Y para finalizar, lo que sentía cuando había trabajado con él era que su manera de hacer era plena. Siempre y todo tenía sentido. Su pregunta antes de hacer era "por qué". Y esto es fundamental, porque saber el por qué se hace esto o aquello da significado a las tareas a la hora de afrontar un trabajo u otro.
Llegué a casa con ideas renovadas. Soluciones y no problemas, nada de distracciones, todo volcado en listas para despejar la mente, la regla de los dos minutos, el calendario inviolable, le difícil lo mismo no es válido, nunca eliminar de la caja ninguna herramienta, las listas de verificación, secuenciación según energía y el por qué de las cosas. Haría una infografía, no sé, o una lista recordatoria. "La verdad que esta jornada, el baño y el refresco habían sido hoy más productivo que nunca".- pensé mientras preparaba la cena.
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