Donde todos piensan igual nadie piensa mucho.
Walter Lippmann (1889-1974)
Comentarista de prensa y autor estadounidense.
Semana cargada de actividades laborales y escolares: aparentaba dureza; pero aún así y todo, hemos llegado al final de la misma, sí, y también ha merecido la pena.
Tocaba empezar con los exámenes del segundo cuatrimestre y ahí están, hechos y rehechos dos de los tres que entraban en el plan en este final de curso. Distinta suerte la mía en uno y otro pero hasta el rabo todo es toro, por ello toca esperar a las notas a ver si podemos despedirnos de ambas y continuar con lo que queda de carrera (dos años más, vamos Ana, aguanta, que tú puedes).
Cambiando de tema, hoy me gustaría compartir con vosotros una situación que me ha ocurrido al inicio de la semana; voy con ello. Tras una gran discusión, pacífica, pero en definitiva discusión sobre un problema dentro de nuestra estructura organizativa de producción estábamos dando vueltas a cual podía ser dentro de las distintas alternativas la mejor de ellas para resolver el tema de una manera definitiva. Pues bien, ninguna nos convencía del todo y es más, cualquiera de ellas eran tan imperfecta como parecida y no podía ser de otra forma ya que estábamos diagnosticando el problema desde un mismo punto de vista: el de la lógica.
Y de repente: "zas", hemos llegado a una conclusión que ha sorprendido a propios y extraños (yo creo que hasta a nosotros mismos), por dos motivos principales:
Uno ha sido por la rapidez de puesta en marcha de la resolución del problema: ni que decir tiene que una de nuestras fortalezas dentro del equipo de trabajo no es sin lugar a dudas la rapidez en la incorporación de los nuevos procedimientos.
Y el segundo motivo es sin duda que se ha optado por un enfoque de la solución muy creativo y usando una estrategia no ortodoxa dentro de lo que se puede considerar un patrón natural o habitual de pensamiento. Esto "hito" en la organización es muy importante, ya que esta forma de pensamiento abre el abanico a nuevas posibles soluciones y puede provocar una corriente de ideas mucho más creativas e innovadoras que tanta falta hacen hoy en día en nuestra vidas.
Ni que decir tiene que lo ocurrido me ha alegrado muy mucho, y me ha recordado a Edward de Bono y su libro New Think: The Use of Lateral Thinking, en el que explica muy bien la técnica del Pensamiento lateral y que creo que desde su publicación hasta nuestros días ha logrado que su aplicación sea un motor de cambio además de poder utilizarse en la resolución de problemas de la vida cotidiana, tanto familiar como laboral.
Como conclusión, os dejo algunas cuestiones clásicas de pensamiento lateral, esperando que las disfrutéis (y acertéis, por supuesto):
- Algunos meses tienen 31 días, otros solo 30 ¿Cuantos tienen 28 días?
- A Pablo se le cayó un anillo dentro de una taza llena de café, pero el anillo no se mojó ¿Cómo puede ser?
- ¿Cuál es el animal que tiene los pies en la cabeza?
- ¿Cuál es la cabeza que no tiene sesos?
- ¿Cuándo se puede transportar agua en un colador?
- ¿Cuánta tierra hay en un hoyo de un metro de largo por un metro de ancho y un metro de profundidad?
Para muestra, un botón y me permito sugeriros que dediquéis 30 segundos a ver el siguiente vídeo que evidencia todo lo escrito y si no cae en saco roto podréis usarlo como ejemplo varias veces al día desde el momento que lo veáis.
El vídeo de la semana: UNA SOLUCIÓN INESPERADA
Nota: poco que comentar, el vídeo lo dice todo. Os dejo las soluciones por si acaso os ha quedado alguna pregunta sin respuesta. Por otro lado, ¿alguien de vosotros tiene una solución para el primer dibujo de la entrada para evitar que la vela queme y rompa la cuerda y tú caigas sobre el león?
Soluciones
- Todos
- El café era en grano
- El piojo
- La del clavo
- Cuando está congelada
- No hay tierra, es un hoyo.