“Nadie puede hacer por los niños lo que hacen los abuelos: Salpican una especie de polvo de estrellas sobre sus vidas”
Alex Haley (1921 – 1992). Escritor estadounidense.
Otra semana más y esta ha sido completita, gracias a Dios. Lunes, oficina. Martes, Miércoles y Jueves, ruta por el norte de España y Viernes, oficina por la mañana y tarde de curso con algunos compañeros cumpliendo el plan de formación tan necesario como olvidado en muchas empresas, ahora que es cuando más lo necesitamos. Sólo sobrevivirá el que mejor se adapte, sin duda.
Y hablando de necesitar, necesidad es la dependencia que tenemos de nuestros padres desde que nacemos. Es espectacular cómo nos cuidan, nos educan, nos protegen, nos forman, nos enseñan, nos orientan, hasta el infinito... siendo esta desinteresada forma de actuar casi incomprensible hasta el momento en el que nos convertimos en padres.
Es en este momento cuando descubrimos que los padres no son lo que más se necesita en este mundo, nooooooooo! Este tema lo he comentado infinidad de veces y el universo está de acuerdo conmigo, la figura con la que no se puede vivir y por lo tanto es lo que más necesitamos son:
¡¡¡LOS ABUELOS!!!
Corregirme si me equivoco, pero si se tiene la suerte de trabajar, la gran suerte diría yo (teniéndolos en el pueblo/ciudad donde residimos), la figura de los abuelos de nuestros hijos pasa a ser vital en nuestras vidas. Nos los llevan al cole, les dan de comer, los llevan a música, a Inglés, tenis, danza, judo, le enseñan a montar en bici, merienda, columpios, etc, etc, etc...
No se pueden poner malos, no pueden viajar, tienen que planificar sus tareas cuando nos los llevamos a casa (a las tantas de la tarde, casi noche) o los fines de semana, eso sí, siempre que no nos surja algún viajecito con amigos y el mismo sea sin chicos.
"Entiendelo, mamá, es que en nuestro matrimonio necesitamos tiempo para nosotros, no todo va a ser trabajar".
"Toc, toc, toc, toc, a veces los abuelos se vuelven como niños, no entienden que el estrés nos puede y tenemos que relajarnos y descansar de la presión a la que estamos sometidos".
"Si es que trabajamos un montón, tienen que entender que somos humanos y necesitamos disfrutar de algunas actividades varias que nos permitan sosegar nuestras vertiginosas vidas".
He de decir, que tras nacer mi primera hija, cuando los primeros días veía la ilusión, las ganas de vivir, ayudar, estar cerca del bebé de todos y cada uno de los abuelos, me convencí de que no existe una etapa de madurez tras la cual comienza el declive, sino que por el contrario, cada etapa tiene su "grandeza" y nos permite experimentar en definitiva sentimientos plenos de amor hacia nuestros seres queridos. Y esto nos mantiene en la lucha, ¿no creéis?
Por todo esto, y mucho más que seguro me dejo en el tintero, me gustaría homenajearlos hoy, por que sí, y atreverme a escribir lo que la locura del día a día no me permite decirles a la cara, aunque muchas veces, sobre todo cuando viajo se me pasa por la cabeza todo esto y más, ya que estoy convencido que todo lo que hacemos y seguiremos haciendo es gracias a ellos, Benditos Abuelos.
Para muestra, un botón y me permito sugeriros que dediquéis 3 minutos a ver el siguiente vídeo que evidencia todo lo escrito y si no cae en saco roto podréis usarlo como ejemplo varias veces al día desde el momento que lo veáis.
El vídeo de la semana: Una gran lección
Nota: impresionante, como se nos olvida todo lo que nos dan y que poco hacemos por devolverles un mínimo de lo que su amor hacia nosotros hace que no esperen nada a cambio.