TRABAJO EN EQUIPO, FÁCIL TEORÍA PERO...

"Yo hago lo que usted no puede, y usted hace lo que yo no puedo. Juntos podemos hacer grandes cosas"

Madre Teresa de Calcuta

Coincidencias de la vida: el lunes pasado empezábamos la lectura del último libro del Club de Tea Stilton que ha llegado a casa en forma de regalo de cumpleaños para Carmen, mi hija de 7 años. Sí, antes de dormir, nos toca leer a mi niña y  a mí dos o tres capítulos de unos de sus libros, y ahora es éste el siguiente en la lista.

En el mismo, un profesor de gimnasia propone un desafío a la clase en forma de prueba. El tema está que el ganador no depende de sí mismo sino que tiene que serlo siempre y cuando sepa trabajar conjuntamente con su pareja de juego. Pero no sólo eso, cuando se han apuntado las parejas correspondientes, todo cambia en la forma de pensar de cada uno de los protagonistas del cuento cuando el profesor decide cambiar todos y cada uno de los duetos. Madre mía, que malestar provoca en los ratoncillos (Nota para los no iniciados: es que Tea y sus amigas del club son ratones) no sólo por alcanzar el éxito dependiendo de otra persona, sino además no eligiendo a su pareja de baile.

Pues bien, repito, coincidencias de la vida; esto mismo relataba un compañero en la empresa en una conferencia telefónica mientras iba a Madrid a una feria en Ifema ese día por la mañana. "Tenemos buenos técnicos, ingenieros, comerciales y contables. Especialistas en su trabajo, grandes conocedores de la técnica, pero qué mal y poco avanzamos en cuanto necesitamos trabajar de forma coordinada y conjunta".

Y es que se nos llena la boca de hablar de trabajo en equipo y a la hora de la verdad somos individualistas a tope. Lo siento, es así, y cuánto nos queda por aprender de otras culturas que basan su éxito precisamente en esa habilidad de trabajar de forma conjunta sacrificando comodidades individuales en base a conseguir óptimos del conjunto que mejoran sus empresas y en definitiva consiguen aumentar la calidad de las sociedades donde viven.

Lo siento, la vida no es fácil, y en la misma podemos elegir a nuestr@ novi@, a nuestr@s amig@s e incluso a veces nuestro coche (sólo a veces, ya que otras nos eligen el coche de renting sin consultar desde la empresa), pero lo que no podemos seleccionar son nuestros compañeros de trabajo, con los cuales tenemos la obligación de entendernos y conseguir trabajar al unísono en aras de la consecución de nuestro objetivo de éxito, le pese a quién le pese.

La lucha contra esta verdad verdadera es inútil y sólo nos costará muchas sofocaciones y gasto energético desproporcionado, además de acabar frustrándonos una y otra vez sin llegar a conseguir nuestro "individual objetivo".

Por ello, aquí tienen mi consejo: nademos a favor, trabajemos en equipo, y disfrutemos de nuestro día a día con los compañeros que nos ha tocado vivir, ya que no los elegimos, no, pero sí podemos modelar la forma de interactuar y complementarnos con ellos para conseguir nuestras metas, que al final si profundizamos en las necesidades del resto del grupo entenderemos que no son tan distintas a las nuestras.

Para muestra, un botón y me permito sugeriros que dediquéis 3 minutos a ver el siguiente vídeo que evidencia todo lo escrito y si no cae en saco roto podréis usarlo como ejemplo varias veces al día desde el momento que lo veáis.

El vídeo de la semana: TODOS DEBEMOS TIRAR DEL CARRO

Nota: sólo queda reconocernos y ser capaces de cambiar si es necesario dependiendo del sitio que ocupemos en esta carreta de la vida que nos ha tocado vivir. Otras veces nos toca apartar a gente que nos boicotea el proyecto, pero así es la vida.